... Que eran indios y que andaba desnudos. Que vivían en América. Que existía el pecado. Que debían obediencia a un rey de otro mundo y a un dios de otro cielo. Que ese dios había inventado la culpa y que debían ser quemados vivos los que adorarán al sol y la luna; a la tierra y a los ríos, a la lluvia que moja, preña a la tierra y la hace parir. (Eduardo Galeano, adaptación de Eduardo Bärh)