Privatización del agua en manos de Camilo Atala

Privatización del agua en manos de Camilo Atala
Por El Perro Amarillo

En el año 2014, con la aprobación del alcalde del Distrito Central Nasry Asfura Zablah conocido como “Papi a la orden”, Grupo Financiero Ficohsa fue beneficiado con un fideicomiso que contemplaba el control total del Servicio Autónomo Nacional de Acueductos y Alcantarillados – SANAA. Sin embargo, debido a la oposición de diversos sectores como el Sindicato de los Trabajadores del SANAA y el Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Bebida y Similares, el banco renunció al contrato del fideicomiso solo once días después de su aprobación en la gaceta del 22 de marzo, mediante decreto legislativo 369-2013. Luego de ver obstaculizado este camino, Asfura retomó en el 2016 el proceso de privatización de este bien público, esta vez por medio de la Ley de Municipalización del Agua Potable que reabrió la modalidad de fideicomisos con la banca.

Asfura concluyó este proceso de privatización del agua en la capital hondureña, al otorgar en febrero de este año, nuevamente a Camilo Atala Faraj, presidente de banco Ficohsa, la concesión del fideicomiso para la administración de la tesorería del SANAA, lo que viene a representar un control progresivo de la empresa estatal de agua. En esta concesión, otorgada por treinta años, los flujos de dinero rondan entre los 650 y 700 millones de lempiras. En la capital hondureña se excluye del servicio de agua a cuatro de cada diez habitantes, a pesar que Honduras es el país centroamericano con mayor cantidad de agua (2 millones de litros por segundo).

Los habitantes de la capital cuestionan los seis años de la administración de Asfura en esta alcaldía, por su irrespeto a las pocas áreas verdes con las que cuenta la ciudad, y por las costosas obras de infraestructura que han sido levantadas sobre los árboles derribados en su gestión. En medio de la pandemia las denuncias por la escasez de agua potable en los barrios y colonias han sido más frecuentes; y con esta nueva medida que viene a privatizar el vital líquido, se estaría convirtiendo de bien social a un bien comercial, siguiendo el ejemplo de San Pedro Sula, donde la concesionaria Aguas de San Pedro maneja el agua de forma deficiente y onerosa.